sábado, 2 de marzo de 2019

Thinspiration

Hoy tuve terapia con mi psicólogo. No me sentí tan cómoda como otras veces. Me estresa mucho hablar sobre comida, me pone muy ansiosa, y encima estaba con dolor de cabeza y medio como nublada (asumo que era por falta de café o de sueño).

Básicamente hablamos de cómo no sólo la mente se acostumbra a pensar de cierta forma, sino de cómo el mismo organismo, sensitiva y funcionalmente, se acostumbra también a las sensaciones del TCA. Al hambre como algo positivo, a la comida como algo repulsivo. Me propuso enfrentarme a esas sensaciones, pero la verdad no me siento preparada.

La tarde fue bonita, con mi perro paseando en el parque. Me sentí libre por algunos momentos, sin preocupaciones. Estuve bastante metida en el Instagram. He descubierto que la nueva comunidad está ahí, ya no tanto en los blogs (¿quién quiere leer en estos tiempos?), así que estoy pensando en mudarme para allá para hacer mi reto de los mil días. O hacer un híbrido, tipo hacer un resumen ahí y explayarme acá. Siempre y cuando le dedique más tiempo a esto, porque ahora, teniendo una vida aparte de este proyecto, no lo cumplo cabalmente y con la profundidad que me gustaría.

En la noche ví una película llamada "Thinspiration", o también conocida como "starving in suburbia" (muriendo de hambre en los suburbios). He entendido que es una película de culto en este mundillo, pero como la verdad no ando buscando material visual sobre TCA no estaba ni enterada. Mi pequeño review es: creo que quisieron mostrar cómo el mundillo de las dietas y las thinspirations afectan a jóvenes ya predispuestos y también cómo las pro-ana dan tips y terminan creando adeptas a la "religión", pero en la vida real no necesariamente funciona así. Me pareció un poco caricaturezco y hasta exagerado por momentos. Pero me dio pena el final. Supongo que el personaje debía tener una gran motivación para decidir recuperarse.

Y no sé, me he quedado con esa sensación. Supongo que en otras épocas no sería un desencadenante para mí, pero ahora que estoy vulnerable me dolió. Me sentí identificada en cierta forma. Sólo que con la diferencia de que mi cuerpo hasta ahora no ha fallado.

Hoy mi terapeuta me recordó que llevo un largo tiempo en esto. Con altos y bajos, momentos de lucidez y estabilidad, pero con la voz y los pensamientos siempre ahí. O sea, básicamente, he tenido TCA durante 18 años. D I E C I O C H O . 150% de mi vida.

Y no me canso.

De hecho, quisiera seguir así.

De hecho, quisiera convencer a mi mamá de que estoy mejor sólo para que me deje en paz, pueda independizarme y pueda restringirme todo lo que quiera. Hasta llegar al extremo. "En eso sí eres borderline"; me dijo. Sí, pues, es la única explicación que puedo darle a todo esto. Quiero experimentar de nuevo el extremo. Tengo metas a corto y mediano plazo pero las veo tan irrealizables (porque no todo depende de mí sino de que aparezca gente en mi vida que quiera compartir la suya conmigo) que me desmotivo y decido no esforzarme, total, ¿quién va a querer a una persona fallada como yo? Entonces, preferible a fallar en eso, me enfoco en tener éxito en lo que mejor sé hacer: hacerme daño. Vivir al límite del desmayo, con el cuerpo al borde de colapsar. Eso me da sentido de vida.

Hoy le comenté a mi psicólogo que los últimos días estuve teniendo ganas de pegarme un atracón de esos que no he tenido en 10 años. Reconozco ahora, porque conozco mi cuerpo y mis pensamientos, que son ganas de tener una comida que me satisfaga, que me guste y que no me de culpa después. Pero como sé que no es posible, le doy el significado de atracón porque no quiero tener ese alimento en el cuerpo. No quiero engordar. Entonces se convierte en algo digno de botarse. No quiero un atracón, me da asco la sola idea de atiborrarme de cosas y vomitar el alma, ni siquiera tengo la certeza de poder hacerlo bien. Lo que quiero es sentirme bien.

Y en eso hizo hincapié mi doctor hoy: toda mi vida he buscado sentirme bien, pero de la forma equivocada. Sino, no estaría haciendo todo esto. La anorexia ha sido un mecanismo mediante el cual busqué solucionar problemas y sentirme mejor, y ahora, luego de 18 años de práctica, se ha instalado y automatizado no sólo a nivel mental sino también físico. Orgánico. Sensorial. Propioceptivo. Autónomo.

Es parte de mí. ¿Cómo rayos entonces voy a poder desligarme y funcionar?

Mi mamá no me quiere dejar sola porque no confía en que me porte bien. "No hasta que demuestre que estoy mejor y se me quiten esos miedos con la comida". Mi hermana está de nuevo sufriendo por tener que cuidarme en vez de poder hacer su vida tranquila. Soy, de nuevo, una carga para ambas, un estrés. Y lo único que ayudaría a dejar de serlo es algo que no estoy muy dispuesta a hacer: recuperarme de este bajón.


Los bajones se van solos cuando algo me motiva a entrar en razón. Pero la imposición de mi familia, por más que tengan razón y esté llena de amor, no me va a mantener en el camino mucho tiempo. No va a ser real.

No quiero parecer poseída como la protagonista de la película que ví, pero quiero achicarme, encogerme, absorberme. Hasta convertirme en lo que creo que soy: una vieja cansada de vivir.

No hay comentarios.: